En lo personal, esta lectura me hizo reflexionar. Estoy de acuerdo con José M. Esteve, donde dice que se aprende hacer profesor por ensayo y por error. Cómo ha sido mi propia aventura en la construcción de mi historia como licenciada en derecho y mi surgimiento como docente de Educación Media Superior.
Hablo también
sobre la manera en la que me incliné por estudiar la licenciatura en derecho, y por azares
del destino no pude ejercerla, sin embargo tuve la oportunidad de
desarrollarme como profesora con miras a
mejorar en la educación y trasmitirle a
mis alumnos, mis aprendizajes y mis
ganas de iniciarme en la docencia.
En mi práctica como docente he podido dominar
inseguridades y la adquisición de experiencias me hacen sentir motivada para entrar al salón
con mis alumnos; como bien los dice Esteve:
“Luego con el paso de tiempo corrigiendo
errores y apuntalando lo positivo, pude abandonar las apariencias y me gane la
libertad de ser profesor: la libertad de estar en clase con seguridad en mí
mismo, con un buen conocimiento de lo que se puede y lo que no se puede hacer
en clase; la libertad de decir lo que pienso, de ensayar nuevas técnicas para
explicar un tema, de cambiar formas y modificar contenidos. Y con las libertad
llego la alegría: la alegría de sentirme útil a los demás, la alegría de una
alta valoración a mi trabajo, la alegría por haber escapado a la rutina
convirtiendo cada clase en una aventura
o en un reto intelectual ”.
La teoría permite dar explicaciones de la cotidianidad,
pero estando en ella, la acción docente se proyecta en distintas maneras. Las
preocupaciones docentes comienzan a tomar forma y las respuestas a la práctica
misma se van formando a través del quehacer diario. La escuela es un espacio de
formación continua, es el lugar en el que el maestro no sólo
trabaja y transmite conocimientos, sino un espacio importante para su propia
formación como docente, además es en la
cotidianidad escolar donde el docente experimenta lo que puede, lo que quiere o
no quiere hacer, constituyendo acciones, saberes y preocupaciones que le otorgan
identidad, confrontándose con la profesión que eligió: Ser maestro.
A medida
que pasa el tiempo, como docente me doy cuenta de que elegí una
vocación que me llena de emociones personales y profesionales a diario, tengo fallas es cierto, en cambio, la
evolución como profesionista permite que el saber se consolide y que las
necesidades dentro de mi práctica, me lleven a la búsqueda de nuevas formas de
cómo realizar mi practica de ser
docente. Para que mis alumnos tengan el interés
y el entusiasmo de llegar a las clases, como el primer día en que llegan
al bachillerato.
Te felicito Rafaela por tu espacio, aprovechas e integras los elementos que te permiten visualmente ser atractivo, e invita a observar el contenido de cada publicación.
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